Elogio a los amores fáciles

Qué tienen de malo los amores fáciles, te suceden como un soplo fresco en tu cuello y son ricos, igual que el susurro que dice a tu oído entre beso y caricia: cae, déjate llevar. Esos amores fáciles no suceden seguido, se presentan en tu vida sencillos como suelen ser, viajan por ti hasta ti y luego se van sin más. Los despides por locos. Después te pones serio y buscas un amor difícil que aliente tu tragedia, que perpetúe tu dolor, que te haga sentir vivo.

6 centímetros

Nunca te he creído que esos 6 centímetros de diferencia entre tú y yo sea la distancia que nos separa y que la propaganda de "Chocobreak" no te parezca romántica. A cambio sí he pensado en otras razones, como en una distancia metafísica, un desencuentro en la parada del bus, una religión que nos prohíba amarnos, un papá peligroso o una mamá con ambiciones y hasta un "estracto" social insalvable. No te creo todavía que esa sea la medida de nuestra distancia y que los venenos no maten con un poquito.

Tu pocillo de corazones

Tuve tu pocillo de corazones sobre el armario todo el tiempo para que no fuera a romperse con el uso. De manera indigna lo llené de ganchitos y basurita necesaria. Cuando me fui lo llevé conmigo y lucieron lindos en él la aguapanela, el café y el chocolate. Al final, cuando se rompió, no quise creer que simbolizaría nada y me alegré por esa aguapanela caliente que bebí en el pocillo que me regalaste.