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jueves, 19 de julio de 2012
Te llamabas Pilar
Corro tras una niña en el patio de mi casa con una toalla amarrada a mi cuello a modo de capa. Soy un vampiro, pero no recuerdo claramente si mi propósito es chuparle la sangre a hacerla reír. La persigo y ella se ríe, escondiéndose de vez en cuando entre las columnas de madera que sostienen el corredor. Sé que ella es demasiado alta para que esté jugando a los vampiros conmigo y eso me alegra. A veces la alcanzo y hago como si la atrapara pero la vuelvo dejar ir para sentir por mucho rato la delicia de atraparla muchas veces y reírme con ella y reírnos juntos. Claro, hasta que su mamá termina la visita con mi mamá y viene y se la lleva.
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